La Bandera Nacional de la República de Colombia fue adoptada el 26 de noviembre de 1861, coincidiendo con la creación de los Estados Unidos de Colombia. La bandera simboliza la patria, su historia y la nacionalidad de su gente.
Sobre el escudo se ubica el Cóndor, que es el ave patriótica del país y simboliza la libertad. El condor esta representado de frente, con las alas extendidas y mirando hacia la derecha; de su pico pende una corona de laureles de color verde y una cinta ondeante de color oro osida al escudo y entrelazada en la corona, en la cual aparecen, en letras negras, las palabras LIBERTA Y ORDEN, el lema nacional del país.
La Orquídia es la Flor Nacional. Pertenece a la variedad de orquidias denominada Cattleya Trianae.
Lleva este nombre en honor de naturalista colombiano Jose Jeronimo Triana.
Fue escogida como la Flor Nacional según un concepto emitido por la Academia Colombiana de Historia en 1936, aún cuando no ha sido consagrada oficialmente por la ley. Es sabido que las orquídias Colombianas están consideradas entre las más hermosas del mundo. La estructura y los colores de la Cattleya Trianea son de una extraordinaria belleza.
Aunque no se ha declarado oficialmente, siempre se ha asociado el majestuoso cóndor de los Andes con las glorias de nuestra patría. Es el ave más grande y de mayor envergadura de los Andes.
Es el ave que vuela mayor altura. Son proverbiales su majestad y nobleza. Y su longevidad es un mito. Se le ha llamado "el ave eterna". Su fuerza y poderío son formidables.
La Palma de Cera del Quindío es el Árbol Nacional de Colombia. Su nombre científico es Ceroxylon quindiuense. Es una palmera de imponente belleza, extraordinaria fortaleza y legendaria longevidad.
Es exclusiva de los Andes colombianos. Alcanza alturas hasta de 70 metros.
Fue escogida como Árbol Nacional de Colombia por la comisión preparatoria del III Congreso Suramericano de Botánica, celebrado en Bogotá en 1949. Posteriormente, fue adoptado oficialmente como símbolo patrio por la ley 61 de 1985.
¡Oh, gloria inmarcesible! ¡Oh, júbilo inmortal! ¡En surcos de dolores el bien germina ya!
I
¡Cesó la horrible noche!
La libertad sublime
derrama las auroras
de su invencible luz.
La humanidad entera,
que entre cadenas gime,
comprende las palabras
del que murió en la cruz.
II
"¡Independencia!" grita
el mundo americano;
se baña en sangre de
héroes
la tierra de Colón.
Pero este gran principio:
"El rey no es soberano",
Resuena, y los que sufren
Bendicen su pasión.
III
Del Orinoco el cauce
se colma de despojos;
de sangre y llanto un río
se mira allí correr.
En Bárbula no saben
las almas ni los ojos,
si admiración o espanto
sentir o padecer.
IV
A orillas del Caribe
hambriento un pueblo
lucha,
horrores prefiriendo
a pérfida salud.
¡Oh, sí! De Cartagena
la abnegación es mucha,
y escombros de la muerte
desprecia su virtud.
V
De Boyacá en los campos
el genio de la gloria
con cada espiga un héroe
invicto coronó.
Soldados sin coraza
ganaron la victoria;
su varonil aliento
de escudo les sirvió.
VI
Bolívar cruza el Ande
que riega dos océanos;
espadas cual centellas
fulguran en Junín.
Centauros indomables
descienden a los Llanos,
y empieza a presentirse
de la epopeya el fin.
VII
La trompa victoriosa
en Ayacucho truena;
y en cada triunfo crece
su formidable son.
En su expansivo empuje
la libertad se estrena,
del cielo americano
formando un pabellón.
VIII
La Virgen sus cabellos
arranca en agonía
y de su amor viuda
los cuelga del ciprés.
Lamenta su esperanza
que cubre losa fría,
pero glorioso orgullo
circunda su alba tez.
IX
La patria así se forma,
termópilas brotando;
constelación de cíclopes
su noche iluminó.
La flor estremecida,
mortal el viento hallando,
debajo los laureles
seguridad buscó.
X
Mas no es completa
gloria vencer en la batalla,
que al brazo que combate
lo anima la verdad.
La independencia sola
al gran clamor no acalla;
si el sol alumbra a todos,
justicia es libertad.
XI
Del hombre los derechos
Nariño predicando,
el alma de la lucha
Profético enseñó.
Ricaurte en San Mateo
en átomos volando,
"Deber antes que vida",
con llamas escribió.